La mente es como la granada del cuerpo

     Siento que estamos viviendo en una realidad paralela al resto del universo, despertamos en un juego al que no nos invitaron pero del que tenemos que ser partícipes, sí o sí, el juego de quién se quiebra primero. ¿Serás tú? ¿Sere yo? ¿Cómo puedo seguir resistiendo? ¿Cómo puedo hacer para seguirme manteniendo optimista ante una realidad miserable, cuando a mi alrededor solo hay quejas y sufrimiento?

     No lo sé, no lo sé...es la respuesta a todas las preguntas. No sé si solo he estado irritable estas semanas, es que estoy cansada de escuchar los mismos lamentos y de tener las mismas preocupaciones de hace un año, hecho de menos tantas cosas, la rutina de estudiar, nutrir mi cerebro con la sabiduría de alguien superior, ir al cine, poder tomar un café que no sea hecho por mi, lo extraño a él y todo lo que implicaba su existencia, el calor que irradian sus manos, la sensación del abrazo, poder leer en menor tiempo porque tu mente no está en otro lugar, extraño la normalidad en mi vida, lo que pude vivir cuando tenía 13 años de edad, esto no es convertirse en adulto, esto no es.

     ¿Estoy enloqueciendo? No puedo saberlo, no existe el dinero para ir acudir al psicólogo, no existe para nada. No sé si me estoy perdiendo a mi misma, ya no me interesan tantas cosas que podría decirme a mi misma en momentos que formaban parte de mi, el ser detallista, el esfuerzo por debatir una idea contraria pero injusta, siento que me vuelvo gris, trato de respirar al perder el control, distraer mi mente, me aislo un poco para reencontrarme, no sé qué hacer. ¿Estoy perdiendo el juego? Porque siento que la cabeza me va a explotar.