lunes, 11 de enero de 2016

Me has dado ojos, como Max a Liesel

P.D.: el título de la entrada es un pequeño spoiler
del libro "La ladrona de libros de Markus Zusak". Sorry. 
     No me había dado cuenta de lo muy enamorada que estoy de él, hasta ese instante en que estábamos sentados en distintas áreas del suelo con otras personas conocidas y él estaba hablando, al terminar de hablar me miró y sonrió. Dios, yo sólo me preguntaba en mi mente cómo es que se atrevía a sonreír así, ¡a sonreírme así!, además de esto pensé que estaba guapo. Creo que este es uno de mis recuerdos más hermosos, para muchos quizás sea simple, pero sólo puedo recordarlo de esta manera porque esto lo viví y mi corazón se detuvo un instante, no sé si estaba asombrado, si entró en pánico o ambas. Y es que me gusta tanto porque al momento de expresar sus ideas siempre tiene en la boca las palabras para decir lo que quiere (lo que para mí es digno de admirar, ya que nunca he tenido esta habilidad), porque aparenta ser paciente aunque por dentro le consuma la ira, porque me siento cómoda a su lado, porque se esfuerza por ser mejor cada día, porque cuando estoy a su lado sólo quiero abrazarlo intensamente y llenarle las mejillas de besos y por muchas razones más que no son necesarias mencionar. A veces mi corazón sólo se llena de desesperación pensando en qué haría si un día te vas, si sólo despiertas odiándome, si ya no me quieres más, si no respiras más, si te vas lejos y no vuelves, es que este lazo que nos une es tan fuerte, si se destruye será como un terremoto que destruye todo a su paso en mi interior. Sólo quiero que te quedes para siempre, no te vayas de este mundo antes que yo lo haga, por favor, no te apartes, por favor, no te vayas.

domingo, 3 de enero de 2016

Una chica de 17. Un hombre de 37.

     Alguien preguntó: "¿cree usted que exista una posibilidad por pequeña que sea, de que un hombre de 37 años pierda la razón por una muchachita de 17 años, que esta dispuesta a todo por él?".
     Y la respuesta fue: "Hola, mira yo generalmente sobre lo que hagan los demás no tengo una opinión definida. Cada uno toma las decisiones que considera las más adecuadas, si dos personas de distintas edades se quieren pues mejor para ellos. Ahora bien, aquí es cuando entro en contradicción conmigo mismo, si yo tengo una hija de 17 años que sale con alguien de 37 me inclinaría a pensar que sólo la está utilizando, la desea pero no la quiere.
     Es de estas cuestiones delicadas que no es lo mismo verlas de lejos que tenerlas en casa.
     Uno de los ejemplos más claros sobre este tipo de cuestiones me pareció una conversación que escuché cuando iba al instituto entre un chico y una chica sobre la prostitución. El chico defendía que era un trabajo como cualquier otro, como limpiar oficinas o ser cirujano. La chica le preguntó, entonces si tu madre mañana te dice que ha dejado su empleo y se dedica a prostituirse, ¿te parecería como quien cambia de trabajar en un restaurante a trabajar en una tienda de ropa? Y ahí sus argumentos empezaban a tambalearse y su opinión cambiaba.
     Como te decía, la perspectiva lo cambia todo".
     Lo he visto en www.hachedesilencio.net