sábado, 5 de marzo de 2016

Un viaje de ida y sin vuelta, por favor

     Estoy cansada de estar aquí. ¿Por qué todos me gritan? ¿Ya no saben hablar sin alzar sus voces? Siento que no puedo soportarlo más, hay situaciones que simplemente se salen de mis manos, situaciones que no puedo controlar, en las que yo no puedo ser quien alce la voz porque todo puede acabar peor. Sólo quiero correr lejos de este lugar, siento que mi cabeza va a estallar, siento que la vida me está jugando injustamente, siempre los buenos tenemos cara de malos, siempre tenemos que pagar por los platos que no rompimos y nadie nos cree. No podré irme lejos, no podré correr, mi único escape son las lágrimas. Duele que los demás te tilden de inútil y te llenen improperios cuando te esfuerzas por dar lo mejor de ti a los demás, aunque por dentro te cueste sentir esperanza por un futuro mejor, hay veces que no sientes ganas de hacer nada porque todo sigue igual y de repente, todos notan que no estás haciendo algo por ellos y entonces, es allí cuando empiezan las frases llenas de maldad, donde se empiezan a olvidar de todo lo bueno que has hecho por ellos y a resaltar las cosas que no has hecho. No sé si me entiendan, tampoco quiero que lo hagan. Sólo no puedo hablar de esto con alguien más. Leí una frase que dice: “sólo escribo para no morir”. Y ya la puedo entender. “Estoy un poco lastimado, pero no estoy muerto. Me recostaré para sangrar un rato. Luego me levantarè a pelear de nuevo”-John Dryden. 

4 comentarios :

  1. Si, te entiendo. Y la única solución es dejar de vivir por los demás. Hacé cosas por ellos si vos querés hacerlo, y no lo hagas cuando no. Y si te reclaman y si no te agradecen, que se caguen. Vos hacelo por vos.

    ResponderEliminar
  2. Hola, leí esto y me sentí tan identificada. Como te dicen aquí arriba, quizá la única solución sí sea dejar de vivir por los demás.
    Escribes muy hermoso, me encantó tu blog, besitos :)

    ResponderEliminar